SCHEREZADE GARCIA: ENTRE LÍNEAS, FUEGOS ARTIFICIALES Y OTRAS HISTORIAS

Scherezade García. “De este lado del Atlántico”, 2018. Acrílica y pigmento en lino. 144″ x 72″

Scherezade García. “De este lado del Atlántico”, 2018. Acrílica y pigmento en lino. 144″ x 72″

Un texto de Camila Maroja.

¿Cómo podemos navegar las turbulentas aguas de nuestras historias coloniales, y desentrañar los hilos que entrelazan los mitos nacionales? Las obras de Scherezade García en “Stripes, Fireworks and Other Stories” nos invitan a reconsiderar las ya conocidas narrativas que describen nuestro mundo.

Al apropiarse y transformar símbolos nacionales antiguos y nuevos- la Estatua de la Libertad, el retrato de Ulises Heureaux, las orejas de Mickey Mouse- sus cuadros fungen como un mapa sugerente, sobre el cual podemos reconfigurar nuestra experiencia de Las Américas.

El mapa de la artista “insinúa” en el sentido que no se adhiere a los principios tradicionales de la cartografía. García, reconociendo la importancia y carácter simbólico de cualquier representación, rechaza los patrones de líneas paralelas y meridianos, y adopta un acercamiento más barroco, para describir la tierra y el mar caribe que la vieron a nacer.

Una de las genealogías del término “barroco”, un estilo que adopta líneas enrevesadas se remonta a perlas asimétricas; y buscar perlas fue de por sí una de las principales causas que llevó a Colón al mar, llegando finalmente a La Española.

Si la etimología del barroco sitúa al Mar Caribe como la cuna de las empresas coloniales, entonces la obra de García “Theories of Freedom: Sea of Wonder” (*Teorías de la Libertad: Mar de Maravillas) se refiere al mar como una diáspora. El título de la obra transforma el reino oceánico en un espacio libre, y de ahí la inversión de las colonias con el mar Caribe, con la promesa de las riquezas a derivar del “descubrimiento” de tierras pobladas,

el cultivo de perlas y la trata de esclavos. El trabajo de Scherezade García presenta al mar como una “avenida líquida” la cual impulsa la composición tan diversa del hemisferio americano, donde se entremezclan nativos, africanos y europeos. Esta trayectoria diaspórica evoca la propia dislocación de isla a isla de la artista, cuando se mudó de República Dominicana a Manhattan.

La dimensión de Sea of Wonder (Mar de Maravillas)

Mar de las maravillas/Sea of Wonder, 2010-17 8h x 120w, Figura 1

Mar de las maravillas/Sea of Wonder, 2010-17 8h x 120w, Figura 1

sobrepasa los límites de lo visual, desbordando la mirada del espectador. Montado verticalmente sobre las paredes de la galería, la obra artística reorienta el horizonte para que el mismo no yazca cómodamente a la altura de los ojos, desplazando el límite físico donde el cielo se encuentra con la tierra y el mar, reformulando así nuestra visión del mundo. En este mar de externa expansión, todo se encuentra al centro; no existen márgenes. Como complemento a la incertidumbre de este territorio inexplorado, el color de las olas serpenteantes (¿son grises o plateadas?) esto confunde el ojo y acoge lo que el intelectual caribeño Édouard Glissant, dice cuando se refiere a la opacidad: un antídoto contra el ojo transparente siempre en constante búsqueda de la verdad absoluta, y que reduce a las personas a binarios.

García también hace uso de este concepto, cuando describe a sus personajes y el color de su tez. Las figuras de color canela, pintadas en grisalla, contrastan con fondos saturados en tonos rojos, rosados, dorados, y aguamarinas cristalinas. La artista dió con este tono ambiguo al mezclar todos los colores de su paleta, creando así, el color de la inclusión. Escapándose de las clasificaciones binarias reductivas, las figuras racialmente ambivalentes de García en Blond Mulata(La Mulata Rubia) (2015) (Figura 2) y Paradise According to the Tropics: Sunburned Jesus Christ(2016) (El Paraíso según el Trópico: El Cristo Bronceado)  revisan los géneros clásicos del retrato y la pintura religiosa al insertar el mestizaje como el corazón de la creación de Las Américas. La artista trabaja tanto dentro y en contra de los principios artísticos convencionales, desestabilizando el significado de las conocidas historias, al mezclar a Jesucristo con el avión, los halos y las orejas de Mickey Mouse dentro de un entorno tropical.

The Blond Mulata, 2016 acrílico y carbón sobre lino 72h x 48w Figura 2

The Blond Mulata, 2016 acrílico y carbón sobre lino 72h x 48w Figura 2

La figura de tez oscura y cabello claro en Blond Mulata (La Mulata Rubia), por ejemplo, está acurrucada a un salvavidas, navegando plácidamente entre aguas turbulentas- con sus collares colgantes como la única evidencia del alboroto violento que implica el viaje. Uno de sus pequeños medallones retrata a la Estatua de la Libertad, sugiriendo un posible destino. Más, sin embargo, ese ícono de América como la tierra de las oportunidades, también se describe como una mujer de color canela- una iconografía que reemerge en Talking the Talk, Walking the Walk II (Hablando y Demostrando II) y algunos de sus bocetos preliminares. Al presentar este símbolo como una mujer mestiza, García se rehúsa a respaldar las afirmaciones de excepcionalidad estadounidense, recordándole a los espectadores de la naturaleza diaspórica del país y su lugar dentro de Las Américas. El trabajo de García representa a los Estados Unidos como no inmune a la diversidad que resultó del viaje y la migración, de objetos y personas en evolución constante.


Stripes and Fireworks, 2017 acrílico, carbón, pigmento y tinta sobre lino 72h x 48w in Figura 6

Stripes and Fireworks, 2017 acrílico, carbón, pigmento y tinta sobre lino 72h x 48w in Figura 6


Las pinturas producidas por García durante una residencia en Nueva Orleans en el año 2017 presentan a la ciudad como sede emblemática de una América diversa que es constantemente minimizada por las mitologías de homogeneidad cultural. En obras tales como América: About Stripes and Fireworks (América: Entre líneas y fuegos artificiales) (Figura 6) y American Sacrifice (El Sacrificio Americano) (Figura 7), la artista desmonta los patrones de “Stars and Stripes” (*Franjas y Estrellas) de la bandera estadounidense. Las obras combinan estos elementos simbólicos, conjuntamente con fuegos artificiales y festivos collares de cuentas evocando su entorno americano, con referencias visuales a su caribe natal: ornamentación barroca dorada, un azul verdoso casi transparente, y ambigüedad racial.

“América: ¿A quién sacrificas ahora?”, 2017 acrílico, carbón, pigmento y tinta sobre lino 72h x 84w in Figura 7

“América: ¿A quién sacrificas ahora?”, 2017 acrílico, carbón, pigmento y tinta sobre lino 72h x 84w in Figura 7

Si esta combinación variada de elementos desafía la fantasía de la solidaridad, también elimina la ilusión de la incompatibilidad de caracteres. La iconografía yuxtapuesta de García resalta las similitudes que predominan en espacios tales como la República Dominicana, Manhattan y Nueva Orleans.

Al colocar un bicornio, el famoso sombrero usado por Napoleón, sobre las cabezas de las figuras retratadas en American Sacrifice y de Ulises Heureaux en “Lilís: Acariciando al Chivo” (Figura 8), por ejemplo, García expone una inclinación hemisférica muy común hacia los dictadores y chivos expiatorios.

“Acariciando el Chivo: entre dos naciones”, 2017 acrílico, carbón, pigmento y tinta sobre lino 72h x 84w in Figura 8

“Acariciando el Chivo: entre dos naciones”, 2017 acrílico, carbón, pigmento y tinta sobre lino 72h x 84w in Figura 8

Al emplear múltiples significados que componen una América más grande, estas obras también evocan una percepción escéptica del nacionalismo. En American Sacrifice, un cerdo sacrificado denota la antigua práctica mediante la cual los autócratas regalaban alimentos durante las celebraciones para perpetuar la opresión. En Lilís: Acariciando al Chivo, el niño sujetado fuertemente por el dictador, figura entre las palabras taínas Quisqueya y Ayití, como un doloroso recordatorio del único isleño que puede circular libremente dentro del territorio dividido entre la República Dominicana y Haití.

Al hacer referencia a los mitos del pasado y del presente, y las historias de viajes personales y políticos, la obra rompe con la percepción hegemónica que combina a los Estados Unidos con América y ubica al Caribe como un otro exótico. Al resaltar la mutabilidad de las historias, García crea una alternativa.

Los cuadros de la Colección Tignon: Rayas de la Resistencia I y II (Tignon Collection: Stripes of Resistance I and II) (Figura 9 y 10) (también producidas en Nueva Orleans), representan lo que la artista llama “resistencia pasiva”. Pintadas usando una paleta de fuertes tonos rosa, estos lienzos yuxtaponen mujeres de color canela usando tocados elaborados contra las rayas que evocan a la bandera estadounidense y la decoración barroca. García refuerza visualmente la intervención de estas figuras al expandir el tignon en ondas de cascadas flotantes que hacen eco formal con la decoración barroca dorada. De la mano con imágenes que sugieren el nacionalismo estadounidense (la bandera y los fuegos artificiales), ambos lienzos componen una visión ampliada de América.

The Tignon Collection and the resistance I 2017 acrílico, carbón y pigmento sobre lino 66h x 50w in Figura 9

The Tignon Collection and the resistance I 2017 acrílico, carbón y pigmento sobre lino 66h x 50w in Figura 9

Los tocados usaron por estas figuras hacen mención a la historia de Louisiana- específicamente a las leyes suntuarias del 1786, la cual requería que todas las mujeres afrodescendientes se cubrieran el cabello, para evitar que se adornasen del mismo con cuentas y joyas, evitando así llamar la atención de pretendientes blancos. Impuesto como un medio para mantener la distinción de las clases, la ley que obligaba el uso de los tignon resultó contraproducente: las ingeniosas técnicas de envoltura, utilizando los más finos materiales resaltaron la belleza natural de las mujeres de color. El tignon ejemplifica como una marca de otredad denigrada puede evolucionar hasta convertirse en un acto de afirmación de auto-empoderamiento.

Al navegar por los turbulentos y barrocos senderos de las historias nacionales y continentales, el trabajo de Scherezade García revela como el significado de una historia es rara vez el mismo, pues cada historia está abierta a un desenlace diferente, de tal forma que, como Yemanyá la deidad de los mares (Figura 11)- quien migró desde los ríos de África Occidental, hasta las costas de Haití, Cuba y Brasil- abarca vastos territorios.

“Yemaya in exile I”, 2016 acrílico, pigmento, carbón, tinta y print de linoleum 60h x 49w Figura 11

“Yemaya in exile I”, 2016 acrílico, pigmento, carbón, tinta y print de linoleum 60h x 49w Figura 11

La Dra. Camila Maroja (Ph.D., Duke University) es historiadora de arte y culturista visual, especializada en arte moderno y contemporáneo en América Latina. Es actualmente la Docente Distinguida Kindler de Historia del Arte Contemporáneo Global, y Profesora Adjunta de Arte e Historia del Arte en Colgate University.